Pensando juntos en tiempos de aislamiento

Son tiempos difíciles y esta situación es nueva para todos. La rutina en estos días cambia para
todos los integrantes de la familia.

¿Qué podemos esperar?
Desde los más grandes a los más pequeños de la familia pueden experimentar miedos, angustia y
ansiedad, que se pueden manifestar en dificultades en el sueño, en la alimentación, irritabilidad,
distractibilidad, cambios en el humor y la conducta y malestares corporales.
Es normal sentirnos tristes, preocupados o enojados en esta situación de incertidumbre y
aislamiento que conlleva numerosas pérdidas y separaciones.
Los miedos, el encierro, la pérdida de las rutinas y horarios, la saturación de información ,el exceso
de estímulo dentro del hogar, entorpecen nuestra capacidad de concentración por lo que todos
nos volvemos menos efectivos en las tareas que realizamos, también los niños y adolescentes con
las tareas académicas.

¿Qué podemos hacer?
Facilitar espacios de conversación acerca de lo que sucede y cómo cada uno se siente. Es
importante explicar a los niños lo que pasa, con palabras sencillas y de forma realista, pero calma.
Los niños van a reaccionar a esta situación de acuerdo a la forma en que se manejen las cosas en
la casa; si los adultos logran controlar sus emociones y angustias adecuadamente, seguramente los
niños se sientan confiados y tranquilos.
Mantener la comunicación con los amigos y la familia aprovechando la tecnología, ayuda a
sentirse más acompañado.
Los adolescentes muestran con mucha frecuencia gran compromiso social y solidaridad,
colaborando en el cuidado y protección de los adultos mayores. Los grupos de pares, identificados
con estos valores, pueden ser los principales colaboradores para sostener las medidas de cuidado.

Llenarnos de información puede agotar nuestro pensamiento, también el de los niños y
adolescentes que aunque no estén atendiendo directamente, “escuchan igual”. Es fundamental
informarse en fuentes oficiales, transmitiendo información clara y concreta y evitar la saturación
de información.
Es importante establecer una rutina, en la medida de lo posible, para mantener cierto orden de
horarios y actividades. Sostener ordenados los horarios de sueño y de alimentación y evitar
tiempos prolongados en la cama, más allá de las horas de sueño, es muy importante para la salud
física y psíquica.
Compartir las actividades simples del hogar, tender camas, ordenar juguetes, clasificar, con tareas
acordes a la edad de cada uno, evita la sobrecarga de trabajo de un miembro de la familia. Jugar
libremente o con juegos de caja, mirar películas juntos o abrir a la imaginación, fomentando la
creatividad, ayuda enormemente a lidiar con angustias de destructividad y de daño.
Hay mucha información e ideas para llenar estos días con actividades, manualidades, más las
tareas institucionales. Los padres pueden verse desbordados con tantas exigencias. Eviten
sobrecargarse, si el niño tiene dificultades y no logra cumplir con las demandas escolares, ya lo
hará cuando vuelva a la escuela. Ahora hay otros asuntos más importantes que atender.
Busquemos aquellas actividades en las que estemos más cómodos y las que pueden ser una
fortaleza de cada niño, no es tiempo de insistir en las dificultades.

¿Aprender desde casa?
Es importante visualizar que los aprendizajes fuera de la escuela también son significativos y para
aquello que no se logre adquirir de la forma convencional de escolarización ya tendremos tiempo.
No somos maestros ni estamos en un contexto escolar, puede ser que ciertas cosas no las
entendamos y no es necesario sumar más estrés!

Recordemos:
En este momento lo más importante es mantener el cuidado y protección de todos los integrantes
de la familia, en un ambiente calmo y ordenado. La angustia, el aislamiento y el vínculo demasiado
estrecho con el otro, pueden promover situaciones de violencia. Es importante evitar la saturación
de información, mantener dentro de lo posible un orden de horarios, rutinas y actividades
individuales y colectivas, intentar preservar espacios de privacidad y abrir vías de comunicación y
espacios de creatividad, como salida frente al aislamiento.

Si te sientes desbordado, preocupado, pide ayuda, hay amigos, familiares, líneas de atención
frente a situaciones de violencia, profesionales de la salud y la educación que están disponibles
para colaborar contigo.
Está bien no poder con todo!!

Equipo de Salud Mental de Niños y Adolescentes.
CAMEC