Nuestro agradecimiento a la Dra. Nilsa Iriondo
El Uruguay está lleno de historias así, de personas simples, sencillas, humildes, que se han convertido en enormes referentes de una sociedad.
Personas que en base al esfuerzo, el trabajo, la dedicación, la entrega, pero fundamentalmente esa magia inexplicable, ese carisma particular que los hace personajes entrañables y queribles, logran llegar a las emociones más profundas de cada individuo y de esa manera, mover montañas, transformar las estructuras, y cambiar la realidad. Cambiarla, pero para que todo pueda seguir siendo como siempre fue, como más nos gusta, rica en los valores más profundos de nuestra identidad.
De entre esas personas, hay una que por su influencia en nosotros como colectivo, como miembros del Consejo Directivo de esta institución, como médicos y mucho más como seres humanos, no vamos a olvidar jamás.
Una persona que además de tener todas esas características que tienen esos personajes entrañables que hacen a la idiosincrasia uruguaya, tiene una particularidad, es una mujer, y en los tiempos donde ella comenzó a forjar su liderazgo, el hecho de ser mujer le requería un esfuerzo mayor para poder ocupar espacios de decisión y poder.
Nilsa Iriondo salió de su Rivera natal hacia la capital del país con la idea de ser médica, sin imaginar jamás que sus primeros pacientes los tendría en Colonia Miguelete, lugar donde se radicó con su esposo y desde donde viajaba semana a semana a Montevideo para terminar su post grado de internista.
Los seres humanos no elegimos donde nacer, donde crecer, donde desarrollarnos, pero sí podemos elegir dónde y cómo vivir. Y eso hizo Nilsa ya convertida en doctora, eligiendo esta zona del país como su lugar en el mundo, haciéndose coloniense por elección, aprendiendo cómo somos, entendiendo cómo sentimos, y luego trabajando incansablemente para facilitarnos el acceso a las cosas que más apreciamos y valoramos, como el cuidado y el mejoramiento de nuestra calidad de vida.
Su capacidad, sus convicciones y su tesón, la llevaron no solamente a tener que asumir la responsabilidad de la conducción de nuestra institución – una de las más importantes del departamento por su volumen, por su desarrollo y por su obra social – también la ubicaron como una referente del cuerpo médico a nivel nacional.
Más de una vez escuchamos a colegas de diferentes puntos del país referirse a ella con respeto y cariño como “la dama de hierro de la medicina” y cuando uno conoce a Nilsa por sobre la Dra. Iriondo, reafirma ese concepto y entiende que no hay definición más acertada.
Es que el coraje y el ímpetu de la Dra. Iriondo, requieren la fuerza de una actitud firme para lograr sacar adelante sus sueños, y el corazón, la bondad y los dotes de buena persona de Nilsa, necesitan ser contenidos en un cuerpo de hierro.
Ninguno de nosotros ni de los que vendrá podrá sustituir a la Dra. Nilsa Iriondo, sin duda la vamos a extrañar. Pero cualquiera de nosotros, en oportunidad que tengamos que ocupar su lugar, vamos a tener una tarea mucho más sencilla, porque tuvimos su ejemplo, porque aprendimos a su lado, ya que su generosidad fue tal, que no se guardó nada y compartió todo su saber con sus pares.
El 30 de junio, la Dra. Nilsa Iriondo dejó oficialmente de ejercer la medicina y por tanto la conducción de éste Consejo Directivo.
Quienes continuamos en él, sus colegas, el resto del personal de CAMEC FEMI Colonia y la institución como tal, le damos públicamente nuestro agradecimiento.
Nilsa: ésta es tu casa, ésta es tu gente, éste es el lugar que libremente elegiste para ayudarlo a crecer. Gracias por todo lo que nos diste.
Consejo Directivo
CAMEC FEMI Colonia